Viernes, 7 de octubre de 2011
El resultado de las primarias puede ofrecer sorpresas. Ningún pre-candidato puede cantar victoria. Aún falta terreno por recorrer, vendrán apoyos y retiros, lo que sí debe quedar claro es que no sólo el resultado será determinante
El sector democrático venezolano parece listo para afrontar con éxito, el reto de consolidar una plataforma política, programática y electoral que le lleve a disputar la Presidencia de la República, al representante del bloque oficialista en las elecciones del próximo Octubre 2012. El proceso electoral venidero es quizás el más disputado y enconado en la historia política moderna de Venezuela; pues -en un “duelo sin precedentes”-, se enfrentarán por el destino del país dos visiones opuestas del mundo y la sociedad, como lo son: la democrática liberal y el socialismo totalitario.
Los sectores democráticos agrupados alrededor de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) vienen fortalecidos, renovados y en ascenso; pero aún en desventaja frente a la poderosa maquinaria estatal. Cabe recodar que, toda la estructura estatal y nacional responde a los lineamientos del Presidente de la República. En realidad, las venideras elecciones nos presentarán a un gobierno utilizando todos los recursos institucionales y financieros que tiene bajo su control para mantener su privilegio.
La conformación del cuadro electoral de los sectores democráticos es verdaderamente trascendente y requiere de un compromiso y una voluntad política firme y, hasta altruista. Los actuales precandidatos Henrique Capriles, Pablo Pérez, Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, Eduardo Fernández, César Pérez Vivas, Oswaldo Álvarez Paz, Cecilia Sosa y Pablo Medina nos muestran justamente la pluralidad de un sector político; cuyo objetivo político no tendría que ser otro sino rescatar la convivencia democrática del país.
Ideológicamente, el mosaico de candidaturas de la oposición abarca un amplio . Por ejemplo, en una posición socialdemócrata y de centro izquierda podríamos ubicar a Pablo Pérez (Un Nuevo Tiempo), un poco más moderados dentro de esa visión estarían Antonio Ledezma (Alianza Bravo Pueblo), Leopoldo López (Voluntad Popular) y Cecilia Sosa (independiente); mientras en democracia cristiana se encontrarían Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz y César Pérez Vivas (todos provenientes del partido COPEI); mientras que Henrique Capriles (Movimiento Primero Justicia) y María Corina Machado (independiente) oscilarían en una posición más de centro. El líder político Pablo Medina siempre ha sido reconocido por sus posiciones de izquierda.
Los apoyos políticos son otra cosa; aunque allí también se expresa la pluralidad. Hasta hora, Henrique Capriles ha recibido apoyos de partidos identificados con el progresismo como lo son el partido PODEMOS y de La Causa Radical (LCR); Pablo Pérez suma el apoyo del partido Bandera Roja (organización marxista-leninista) y de representantes de sectores intelectuales como Herman Escarrá (ex-constituyente) o de voceros del movimiento estudiantil como el joven Diego Sharifker.
Por otra parte, organizaciones políticas tan importantes como Acción Democrática (AD), Proyecto Venezuela (PV) o el Movimiento Al Socialismo (MAS); aún no han expresado su apoyo oficial a algunas de las pre-candidaturas ni tampoco se conoce –a la fecha-, si presentarán nombres alternativos. Esta situación abre espacio para la negociación y la consulta entre esas organizaciones partidistas y los representantes de cada pre-candidato de la MUD. En todo caso, queda pendiente conocer cuáles serán los criterios que prevalecerán en cada partido –hasta ahora por definirse- para tomar su decisión. ¿Acaso privarán los intereses partidistas?, ¿La afinidad ideológica? o ¿Las oportunidades electorales?
Al margen de la decisión de los partidos políticos, se encuentra la determinante participación comicial de los sectores no-partidistas. Cabe recordar que, esos factores constituyen la mayoría numérica. Ganar el voto independiente en las primarias será decisivo para aquellos candidatos que no cuentan con organizaciones ni electorados consolidados. Pero, ¿participarán los sectores independientes en las primarias de la oposición? Y, ¿cuál será el sector social que votará mayoritariamente: la clase media o los sectores populares?
Un elemento crucial de este proceso de primarias será la capacidad de movilización de cada comando electoral. En este sentido, partidos como Acción Democrática (AD), Un Nuevo Tiempo (UNT) y Primero Justicia (MPJ) parten con ventaja relativa sobre el resto de participantes. Es por ello que, el apoyo de Acción Democrática (AD) resultaría vital para las aspiraciones de los principales pre-candidatos de la unidad y que hasta ahora y, según las encuestas serían Capriles y Pérez. En ese contexto, ¿se convertirá AD en una especie de gran elector?
Un valor indiscutible de la definición del candidato de la unidad ha sido la reunión de un conjunto de venezolanas y venezolanos con capacidades políticas y técnicas para dirigir y enrumbar al país hacia un futuro basado en la libertad, la inclusión, la paz y la prosperidad. De allí que, la realización de las primarias debe constituir un evento de pedagogía política para toda la población venezolana; incluyendo a los adversarios políticos. Las primarias deben ser una fiesta democrática para todo el país, para desde allí sentar las bases del cambio que requiere nuestra nación.
El resultado de las primarias puede ofrecer sorpresas. Ningún pre-candidato puede cantar victoria. Aún falta terreno por recorrer, vendrán apoyos y retiros, lo que sí debe quedar claro es que no sólo el resultado será determinante; sino la forma como se procese y acepte el resultado entre los participantes. Lo escribiré de nuevo: las primarias deber ser un acto de la mejor pedagogía política.
miguelgmarregot@gmail.com
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2379836.asp
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