Pablo Pérez en el Oeste de Caracas

sábado, 18 de abril de 2009

Contra Todos 17-4-09

domingo, 12 de abril de 2009

El efecto pigmalión en nuestra política.


El efecto pigmalión en nuestra política.
Por Manuel Inciarte Alamo.

Se denomina efecto pigmalión al poder que tienen las creencias y el pensamiento humano sobre lo que en la realidad termina sucediendo. Debe su nombre a la mitología griega la cual cuenta que un escultor llamado Pigmalión se enamoró de una de bella escultura de mujer que el mismo esculpió. Pigmalión amaba tanto a la escultura que deseó con todas sus fuerzas que ella cobrara vida. El mito continua cuando el sueño de Pigmalión se convierte en realidad por obra de la Diosa Afrodita, quién al ver el amor que Pigmalión sentía por la estatua, que representaba a la mujer de sus sueños. Por eso el fenómeno que vamos a explicar con mas detalles a continuación se le conoce como el efecto pigmalión, ya que consiste en la posibilidad de que el poder del pensamiento contribuya a convertir algo en realidad.

El efecto pigmalión es cierto, funciona de verdad. Actúa en lo individual y en lo colectivo. En lo individual opera en el desempeño escolar o académico, en el plano familiar y afectivo, en la capacitación deportiva, en el rendimiento laboral de las personas y hasta en cosas menos transendentales como la cocina; en lo colectivo funciona en todo lo organizacional, en el plano económico, financiero, social, cultural, político y hasta en cosas banales como el resultado de los deportes y juegos. Podemos decir que el Poder de la Fe tiene mucho que ver mucho con esto en sentido positivo, pero el efecto pigmalión no solo funciona en sentido positivo, sino también en el negativo. Hemos escuchado que una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad, eso es cierto y es prueba de que el efecto pigmalión existe. Vamos a explicar mejor con algunos ejemplos como funciona el efecto pigmalión:

- En el plano individual se sabe que al niño que su propia madre lo maltrata y le dice insistentemente flojo, bruto, que no sirve, que es un mala conducta, que e smala gente, muy probable que ese niño termine convirtiéndose en un delincuente, en un malandro y que culmine su vida preso o asesinado en un hecho delictivo.

- El caso de la niña a la que se florea desde pequeña diciéndole que es linda y bella, así no lo sea tanto. Esta se esmerará toda su vida en sus cuidos y coquetería y muy posiblemente se transforme en una mujer muy hermosa o por lo menos atractiva.

- En lo colectivo, muchos venezolanos hemos sido testigos de haber visto empezar correr el falso rumor de que una determinada institución financiera "anda mal" y como consecuencia se produce una espectacular corrida de depósitos la cual termina haciendo realidad lo que en un principio era absolutamente falso, terminado por llevarla a la quiebra.

- En los deportes, todos conocemos lo decisivo y lo importante que es el factor de jugar en casa, al cual se le conoce en el futbol como el jugador número doce.

Pudiéramos colocar mil ejemplos más de como opera el efecto pigmalión, pero creo que con esos ejemplos el concepto puede haberles quedado claro y en consecuencia Uds. mismos pueden conseguir muchos ejemplos dentro de sus propias vidas.

Ahora, vamos a lo que nos atañe el tema. En nuestra realidad política y social venezolana, el efecto pigmalión también ha funcionado y funciona día a día con precisión de relojito suizo.

El efecto pigmalión, en lo colectivo, se produce a través de la creación de “paradigmas”, que es lo mismo que “matriz de opinión”, como se le dice mayormente hoy en día. En ese sentido, quiero referirme muy particularmente al pensamiento colectivo que se ha venido creando entre los venezolanos desde hace unos 20 o 25 años atrás calculo yo, el cual reza que: “los partidos políticos no sirven para absolutamente nada y los políticos son todos unos aprovechadores y unos corruptos”, no ha podido tener efectos mas desbastadores que los que ha tenido.

Ese discurso anti-partidos políticos, que no olovidemos que fue lo que llevó a Chávez a la cúspide del Poder en 1998, muchos venezolanos lo seguimos repitiendo incesantemente y sobretodo inconscientemente. Ese infinito rintornelo que nos repitieron viejos pensadores e intelectuales y que nosotras mismos hemos seguido repitiéndolo, reproduce a pies juntillas el método goebbelíano de la continua repetición de la mentira, que nos han inculcado a los venezolanos y que nos tiene enzanjonados como país, no permitiéndonos desarrollar nuestra democracia, sino todo lo contrario, destruirla.

Lo más lamentable de todo esto, es que precisamente son voces que desde la misma oposición, por supesto de la no partidista, desde donde más resuenan estas destructivas arengas anti-partidos. Quienes repiten el discurso anti-partidos no se dan cuenta del terrible daño que le hacen a la posibilidad de que se concreten sus propios anhelos políticos, que siempre giran alrededor de la posibilidad de poder organizarnos como sociedad, para poder construir un sólido y eficiente sistema verdaderamente democrático, que le devuelva al país la ruta hacia el progreso y hacia el desarrollo social que todos deseamos. Entendamos de una vez por todas que: “no existe posibilidad de la existencia de una verdadera democracia, sin la existencia de partidos políticos sólidos y fuertes”.

Pero la mayoría de los venezolanos seguimos sin querer participar u organizarnos en partidos políticos, no nos interesan ni los existentes, ni crear unos nuevos, ninguno, sencillamente no creemos en que los partidos políticos sean necesarios, seguimos imbuidos en esa fobia colectiva hacia los partidos. En consecuencia, hemos retrocedido en principios democráticos, somos una sociedad democráticamente degradada, retrógrada, hemos sido víctimas de esa perversa matriz de opinión que reza que los partidos políticos no sirven, nos tragamos ese cuento, algunos se lo tragaron de un solo bocado y otro, la gran mayoría a través de las dosis repetitivas del ritornelo ya descrito. Lo peor de todo fue que terminamos convirtiendo en realidad esa estupidez repetida millones de veces, convirtiéndonos en una sociedad despedazada por el demoledor efecto pigmalión, actuando este en sentido negativo.

En las sociedades democráticas desarrolladas existe la plena conciencia que los partidos políticos, con todos los males que puedan tener todas las organizaciones o instituciones que naturalmente tienden a reproducir dentro de su seno la cultura y los vicios mas graves que tiene las sociedades a las cuales pertenecen, son sin duda pilares fundamentales para la existencia y el sostenimiento de un sistema democrático sólido, eficiente y progresista. Sin partidos políticos fuertes, no existe la posibilidad de que exista una democracia fuerte y duradera.

Tenemos que cambiar esa percepción nefasta que tenemos como colectivo de los partidos políticos, porque son ellos las bisagras que permiten articular las diferentes fuerzas vivas del país para poder trabajar coordinadamente en beneficios de los objetivos nacionales, buscando fórmulas y puntos de equilibrio entre sectores naturalmente contrapuestos como trabajadores y empresariado, consumidores y comerciantes, para que diseñemos entre todos, en conjunto, en equipo, en sociedad, el verdadero camino de la esperanza.

Ahora, para que los partidos políticos puedan actuar con efectividad, con fuerza, con músculo, con coherencia, con objetivos claros, tomando en cuenta múltiples ángulos y realidades, y con estrategias muy bien articuladas entre si, que estén absolutamente alineadas hacia esos objetivos, deben nutrirse de gente, de personas, de ciudadanos con verdadero compromiso de lucha, con amor al país y con actitud verdaderamente militante. Mientras los partidos políticos se mantengan igual de desolados como actualmente están, dando esa sensación de que son cascarones vacios, edificios abandonados, me disculpan, pero nosotros los venezolanos, que todos nos creemos mas papistas que el papa y que sabemos mas que pesca’o frito, no tenemos chance alguno como sociedad de poder doblegar y vencer la neo-dictadura que nos agobia y nos estrangula a la patria y al futuro de cada uno de nosotros y de nuestros descendientes.

Mientras el país siga burundangueado, mientras todo el mundo se queje de las atrocidades que comete el régimen, pero a la vez no quieran participar y no se sumen a la lucha, mientras no se integren a ningún partido para multiplicar esfuerzos, para coordinar estrategias, para participar en la discusión política, para contribuir en la gesta de las decisiones, para aportar ideas, para aportar en las actividades que nos conduzcan a un cambio definitivo de la actual realidad que está socavando y destruyéndonos, seguiremos como estamos. Mientras los venezolanos estemos cada uno por su lado, totalmente desarticulados, estemos esperando que algún milagro providencial ocurra y nos solucione el problema o que venga un superhéroe de esos que solo existen en los comics y agarre preso a “los malos”, mientras no le metamos todos el pecho a un problema que es de todos los venezolanos, continuaremos deslizándonos por el desfiladero en el que nos estamos desbarrancando. Como muy bien lo dijo el periodista Fausto Masó en uno de sus artículos y se lo escuche repitir a William Ojeda: “si los 5.300.000 que votamos por el NO, estuviésemos, todos, trabajando en política desde y con los partidos políticos, que otro gallo cantaría”, de eso yo estoy absolutamente seguro.

Entiendo el sentimiento anti-partidos de la mayoría de mis compatriotas venezolanos producto de la frustración de ver como se nos despedaza el país, pero no lo comparto en lo absoluto. El remedio que la mayoría hemos asumido, el anti-partidismo, es peor que la enfermedad. No podemos olvidar que la política es como el aire, está en todo. Rechazar a la política, a los partidos políticos y a las personas que llamamos despectivamente “los políticos”, a manera de dogma, de vida o de fe, es una gran error. La política siempre estuvo presente, está allí y estará por siempre allí, mismo al lado de cada uno de nosotros, mientras el ser humano continúe existiendo. Es bueno recordar, que todos los seres humanos somos seres políticos por naturaleza dado que vivimos agrupados en sociedades. Nadie vive aislado y todas nuestras decisiones, acciones y divergencias por el debate de alternativas que asumimos diariamente en la vida son siempre posiciones políticas, ya que afectan a los demás de alguna manera. Así que Ud, si es uno de esos furibundos que proclaman la anti-política, sepa muy bien que Ud. también es político, pero un político de los que aplican la peor de todas las políticas existentes, la del avestruz, animal que tiene la costumbre de meter la cabeza en un hueco ante el peligro que le es inminente como si no ver lo que ocurre, hacerse el desentendido o no involucrarse, sirviera para algo diferente a que la tragedia que no queremos ver ocurra mas rápida y facilmente.

Si ya estás convencido o convencida que tiene que participar en verdadera política pues bienvenido, pero tienes que saber que todos debemos embadurnarnos de ella hasta la coronilla, metiéndonos en los intríngulis de la política y luchar contra esas cosas que desde afuera ves y sabes que no te gustan. Para dar la lucha políica que tenemos que dar hay que hacerlo a través, con o coordinando con los partidos políticos, no hay otra manera. ¿Que no nos gustan como son o como actúan los partidos políticos actuales y como está el país y su política ? Pues cambiémoslos, tanto a los partidos y a través de ellos a la patria misma, es una tarea y una responsabilidad de todos los venezolanos, no solo de los que hoy llamamos despectivamente "los políticos", ellos solo son los que hoy están ahí, ellos son los que han entendido esto antes que nosotros y han asumido el rol de trabajar por el futuro del país. De que hay políticos malos o mediocres, los hay, pero solo depende de nosotros los ciudadanos que estén los que están, si participamos en política o no podemos decidir o no, que los que están sigan siendo los líderes, los dirigentes, las caras visibles de los partidos, los que mandan y los que nos señalan el camino, depende de la decisión de los que decidamos participar en política y de la intensidad de nuestros esfuerzos.

Señores, en resumen:

La clave es la siguiente: debemos rescatar a los partidos políticos, revitalizarlos o fundar unos nuevos, lo que sea mas conveniente para el país. Debemos acudir a ellos, democratizarlos, debemos asumir la lucha de fortalecer y potenciar esas plataformas de lucha política que siempre deben ser multi-sociales, multi-culturales, multi-generacionales, multi-gremiales, multi-sindicales y multi-empresariales, multi-regionales, para que representen a la inmensa mayoría de los venezolanos. Seamos perseverantes, luchemos, pero hagámoslo organizadamente, en donde tengamos la posibilidad de compartir ideas y así entender realidades que nos son completamente ajenas, por provenir de perspectivas que no tenemos en nuestras particularidades realidades individuales. Una asociación de vecinos, un consejo comunal, una ONG, un sindicato, un gremio profesional, una cámara de industriales, con todo y lo importante que es la existencia de cada uno de esos tipos de instituciones donde se forman opiniones, no son los foros mas idóneos para estructurar la visión política de lo que debe ser un país, donde siempre debemos pensar en todos sus ciudadanos y en todos los puntos de vista.

Los partidos deben gestar las ideas para que la acción política pueda ser la correcta y además efectiva para el país y sus ciudadanos. Los partidos deben tener una visión multifacética de la nación, por lo que deben nutrir sus filas de todas esas instituciones para que como resultado de ese debate de ideas se presenten a la colectividad y de esa manera se pouedan llevar a cabo las luchas para la transformación de Venezuela en el país de igualdad de oportunidades, de justicia, de desarrollo social, de paz y de progreso que todos queremos porque nos beneficia a todos.

Ya conociendo como funciona el efecto pigmalión en este aspecto de nuestra política, si todavía eres de los que se resiste a participar en política, por lo menos, sin tener elementos de juicio, trata de no hablar mal de los que si estan incursionando en ella y están tratando de combatir, sin tu apoyo, sin tu aporte, sin tu esfuerzo, y sin tu participación, a deslastrarnos de esta neo-dictadura inquisidora castrocomunista que está demoliendo a Venezuela con tu tácita colaboración, para que todos podamos tener un país mejor incluyéndote a ti, a tu familia y a tus hijos. Si no estás en ese grupo, te esperamos en la lucha de las ideas y de las acciones que tenemos que dar.

"Aunque no te ocupes de la política, ella se ocupará de ti"

Yves Montand.

"EL LIDER SOMOS TODOS"

Manuel Inciarte Alamo.

sábado, 4 de abril de 2009

Tiranía del siglo XXI vs. Democracia Republicana



La primera Constitución de Venezuela del 21 de diciembre de 1811, es la tercera del mundo y la número uno de Hispanoamérica. La precedieron la de los Estados Unidos de America y la de la Revolución Francesa. Nuestra Carta Magna original, inspirada como la de sus antecesoras, en las ideas de la ilustración, promueve una democracia republicana, con amplias garantías ciudadanas, especialmente en lo referente a los derechos civiles y políticos; libertades publicas, división y autonomía de los poderes públicos; subordinación del poder armado frente al poder civil; estableció un modelo federal y descentralizado con plena autonomía para las siete provincias que conformaron la unión; eliminó los fueros o privilegios coloniales; reguló el poder ejecutivo en un triunvirato, a fin de conformar un ejecutivo plural…Para su época representó un avance colosal.

De la monarquía absoluta, pasamos a la república federal. Del despotismo español a una patria libre. Nuestras provincias dependientes del reino, pasamos a conformar una unidad en torno a Venezuela. De Capitanía General a Confederación de los Estados Unidos de Venezuela. De súbditos a ciudadanos. De desiguales en lo político y en lo civil, a iguales en todo. A la esclavitud se acordó suprimirla de manera progresiva. Un pueblo sin derechos los tuvo todos. Nadie tenía sufragio y se abrió el mismo para que pudiéramos decidir nuestro propio destino. De no tener representantes pasamos a elegir autóctonos. De no tener libertad de expresión pasamos a contar con plenas libertades de opinión e imprenta.

El poder español no tenía límites y de repente pasamos a controlar nuestro mismo poder público. La soberanía se traslado del rey español al pueblo venezolano. De una absoluta concentración del poder pasamos a la separación de los poderes públicos. De estar regidos por las siete partidas de Alfonso el sabio y las leyes de indias, pasamos a tener nuestras cartas magnas provinciales, la Constitución de 1811 y las leyes que nos dábamos de forma soberana.

Nuestra primera Constitución reflejó el espíritu de los pueblos, que apoyados en la razón tomaban para si la soberanía y la despojaban de la cabeza de los reyes. El terminó republica se opuso al de monarquía. Ahora existía una Constitución mediante la cual, se protegía al ciudadano, frente al inmenso poder central, que también se dividía para atenuarlo. La Carta Magna establecía un estado de derecho, donde todos somos iguales y estamos obligados frente a la ley, incluyendo por supuesto a los gobernantes.

El bautizo de la patria como nación independiente, se realizó con las formas y con las huellas, de un fondo, profundamente democrático. Todos los ciudadanos, en sus distintas clases obtuvieron representación. El ochenta por ciento de la representación constituyente estuvo en manos civiles.

Para un país que se adentraba en la guerra de independencia, el modelo era demasiado utópico. Por ello, Bolívar lo crítico al calificarlo como de “república área” a pesar de alabar el modelo de las autonomías provinciales, que se había adoptado en la Constitución de Norteamérica. A los pocos meses, el congreso tuvo que delegar todo el poder en el generalísimo Francisco de Miranda, para “salvar la patria” utilizando cualquier medio.

La primera Constitución de Venezuela sirvió de inspiración a las demás de los pueblos americanos, que fueron declarando su independencia en casada o a través de lo que se denomina el efecto domino.

Cuando hoy observamos como se concentra el poder en unas solas manos, arremetiéndose contra la independencia de los poderes públicos. Cuando se agrede al estado federal y descentralizado consagrado. Cuando se irrespeta al estado de derecho y se insiste en imponer una reforma negada por la soberanía popular. Cuando se violan los derechos humanos como el debido proceso, el derecho a la defensa y se ponen contra la pared a los medios de comunicación privados. Cuando el ejecutivo impone su voluntad sin limitaciones, confiscando propiedades, expropiando y actuando sin ningún plan, no estamos ante una verdadera democracia. El modelo de “socialismo del siglo XXI” nos llevará, sino lo detenemos, al fracasado marxismo del siglo XX. Lo peor, estamos apartándonos de nuestros principios y orígenes como nación. La patria que vio nacer la Constitución de 1811 se revuelve en su tumba ante tanta impunidad, corrupción, delincuencia y olvido de los valores republicanos.

Oscar Arnal
Abril 3, 2009

11-12-2009 Discurso del Embajador de Panamá ante la OEA

Impecable Discurso de Guillermo Cochez, Embajador de Panamá ante la OEA. No dejes de escucharlo ! La da al régimen hasta con el TOBO, pero dipolmáticamente...!