Pablo Pérez en el Oeste de Caracas

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿"Ni-Ni" o indiferentes?



Nos indignamos porque vemos un país destrozado por la inseguridad, el crimen como rutina y la impunidad como escudo

- Israel Fernández Amaya / Abogado - - 02/09/2011

Desde Europa, dos ancianos de más de 90 años cada uno, incitan la rebeldía pacífica a través del movimiento de los indignados. Stéphane Hessel y José Luis Sampedro, francés uno, español el otro, promueven la indignación como medio de protesta pacífica. Sus motivos son universales, que pueden ir formando características locales de acuerdo a la particularidad de cada región o país, tal como sucede en Venezuela, donde existen sobradas razones para indignarse y expresarlas como protestas sociales.

Nos indignamos porque vemos un país destrozado por la inseguridad, el crimen como rutina y la impunidad como escudo. Nos indignamos cuando comer se ha vuelto una tarea titánica, con carencia de productos básicos, manejada su comercialización por la corrupción y/o especuladores. Hay indignación cuando todos los servicios públicos son ineficientes, y los racionan, cuando la salud es olvidada y cuando se pierde, la misión Barrio Adentro resulta un engaño de Estado. Hay indignación cuando la mentira y la ridiculez son símbolos de un Gobierno caricaturizado, ineficiente y soez; hay indignación cuando miras el futuro y ves que tus hijos y nietos no lo tendrán, porque se les está asesinando a fuerza de exclusión y empeoramiento de la educación. Esa y muchas razones son bases fundamentales para una forma de pensar y actuar.

Pero lo que más indigna es un segmento de la sociedad que alguien llamó y así se quedó, los "Ni-Ni", que representan una porción poblacional con voz y voto capaz de determinar el curso de la historia contemporánea. Esos "Ni-ni", hoy no son nada, socialmente hablando, su indiferencia y apatía los hace partícipes anónimos de los desmanes del Gobierno y la oposición. Esa indolencia perniciosa es contabilizada por el régimen como suya en términos de votos por abstención, nulos o simplemente por nada hacer, su desdén social es criminal y una ausencia total de patriotismo y responsabilidad los condenan y señalan como corresponsables por todo lo que pueden evitar si su conducta fuera positiva.

Esa conducta lesiva, puede y debe ser cambiada y sin afiliarse a los bandos en pugna. El llamado a la indignación es el llamado a la solidaridad activa y el rechazo a la indiferencia, ¡indignémonos!

http://www.laverdad.com/detnotaopinion.php?CodNotic=68024

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