GUSTAVO LINARES BENZO | EL UNIVERSAL
domingo 26 de junio de 2011
La tragedia de El Rodeo trae causa en la corrupción, la negligencia de las autoridades, el sistema penitenciario y muchas otras. Pero la fundamental, que además es completamente superior y más poderosa que nuestros gobiernos, que las propias sociedades latinoamericanas y quizás de todo el mundo, es la droga y sus satélites.
El diputado Ojeda, que en nuevo abismo de vileza chavista corre el riesgo de perder su inmunidad, lo dijo claramente: hasta hace no mucho las cárceles estaban llenas de chuzos y facas, ahora de armas de guerra. La diferencia entre ambos arsenales es económica, el precio de una cabilla o una pata de cama versus el de un fusil automático o una granada, incluyendo las tarifas de la venalidad necesaria para introducirlos en el penal. Las fuentes de financiamiento se reducen al narcotráfico, bien como negocio autónomo o bien como origen de los fondos de la industria de las cárceles y sus capitalistas, los pranes. Ateniéndose a cifras cuasioficiales, esta privatización perversa de los penales, genera en cabeza de cada empresario malsín diez millones de bolívares fuertes, diez mil millones de bolívares anuales, lo que totalizando excede varias veces el presupuesto nacional del sistema carcelario venezolano. Todo este capital procede de la droga.
La verdadera solución es la legalización de la droga en Estados Unidos y demás países consumidores. Que la coca se siembre entre los naranjales de Florida o en el Sunbelt y sea procesada en los laboratorios domésticos; así, sobre todo, el precio bajará sustancialmente y los pranes no podrán comprar Kalashnikov ni estarían presos la mayoría de los fallecidos en esta tragedia, pues la droga se volvería lo que es en realidad, un problema de la juventud de los países ricos y sus ricos gobiernos, y de sus imitadores en el resto del mundo, que son muchísimos menos.
Ya el artífice de la prosperidad brasileña, el presidente Cardoso, junto con otros notables, está abogando por esta solución radical. Los pranes, capos y cárteles de la droga son la versión contemporánea de Al Capone, que solo pudo florecer por la ley seca. Legalizada la droga en Europa y Estados Unidos, el problema dejaría de ser de seguridad nacional para ser uno sanitario. Carteles que digan en todas partes "Ambiente 100% Libre de Cocaína", la droga sólo mataría por sobredosis. De otra manera el problema penitenciario, de seguridad pública, es insoluble.
glinares@cjlegal.net
http://opinion.eluniversal.com/2011/06/26/la-causa.shtml
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