Pablo Pérez en el Oeste de Caracas

lunes, 14 de marzo de 2011

RAFAEL POLEO: EL CASO MACKLED HACE PENSAR A CHAVEZ EN LA RENUNCIA


Makled es la clave de un plan para llevar a Chávez a un tribunal internacional. Chávez siente que el plan marcha implacable y su esfuerzo por frustrarlo es origen de las declaraciones de Rangel Silva y todo lo demás. Por ahí, en el péndulo que circula esta semana, dije que lo de Makled es lo peor que le ha pasado a Chávez en toda su vida. También es lo más importante que hay en nuestro aburrido escenario político, donde sólo actúa un cómico desequilibrado cuyos disparates generan en el público una mezcla de hilaridad y susto. Makled es el pivote de toda la política venezolana actual, hilo suelto por donde se puede ir todo el tejido.

Los hechos: Dentro de la atmósfera de inmoralidad propia del actual régimen, donde el presidente deja que (algunos) militares roben para que así se sientan a gusto y le sean incondicionales, un pequeño comerciante valenciano de apellido Makled, financiado por el narcotráfico, contrató un equipo estelar de generales, altísimos funcionarios e importantes políticos –todos chavistas- para que cooperaran con él en la traída desde Colombia de enormes cantidades de cocaína que desde Puerto Cabello y algunos lugares de Falcón era enviada a Estados Unidos y Europa. Si Chávez no sabía esto, le estaría ocurriendo lo que al marido cornudo, último en enterarse de lo que pasa en su casa.

Por su natural ordinariez, Makled no se tomó las precauciones que los oligarcas antiguos aplican cuando incurren en actividades delictivas. Con generales, diputados, jueces y ministretes comiendo de su mano, se sintió poderoso para incursionar en la política, lo cual le enfrentó a otros poderes en Carabobo, estado centro de sus operaciones. Eso provocó enfrentamientos imposibles de ocultar, entre otras razones porque la contraparte era igualmente brutal en métodos y estilo.

Ocupado en organizar el aparato bélico necesario para destruir a los Estados Unidos de Norte América, Chávez ignoró aquel pleito entre narcotraficantes cuya característica común es la de que todos son altos jefes chavistas, civiles y militares. En una de sus breves permanencias en Venezuela, Chávez escuchó la versión de sus generales y ordenó a sus jueces encarcelar a Makled. Debe registrarse que a todas estas la corrupción despedía una fetidez tal que ni un container de Mercal. El ministro Giordani, alma de Dios al servicio del Diablo, se atrevió a decirlo en un libro. Convocó a una rueda de prensa para denunciar nombres pero a la hora señalada no asistió a su propia invitación. Se puede ser honrado, pero no honrado-honrado-honrado.

Makled escapó y se dio orden internacional de apresarlo. El fiscal general de Nueva York también emitió una requisitoria contra Makled, a quien señaló como el más peligroso capo de la droga en el momento actual. Con Venezuela y Colombia solicitándolo, Makled cayó preso, pero en Colombia. El presidente Santos, que con Chávez tiene las mismas diferencias que tuvo Uribe pero usa otros métodos para someterlo, se vio en posesión de un arma eficaz para llevar a Chávez a un tribunal internacional. Ese destino noriegano es un sueño abrigado por importantes poderes del planeta, así como la pesadilla que a Chávez no le deja dormir.

De modo cuidadosamente calculado, Makled declara que no tiene ni el menor temor de ser extraditado a Estados Unidos, donde seguramente logrará una pena mínima al colaborar con las autoridades en el relato de quiénes están y cómo funciona la organización venezolana a través de la cual la cocaína colombiana sale para el mundo. Chávez, que cuando dice a arrastrarse es una alfombra persa, no encuentra como adular a Santos para que éste no le entregue a Makled a los americanos sino a él. Santos le responde que Colombia es un país serio donde los presidentes no dan órdenes a los tribunales ni a la Fiscalía. Makled es su as de triunfo. Tampoco es que se lo va a dar así no más a los americanos, que no quieren firmarle a Colombia el tratado de libre comercio que Colombia merece y necesita.

El estamento militar, que quiere sacudirse a Chávez y a la culpa histórica de haberlo sostenido, pero no sabe cómo hacerlo sin quedar con las nalgas al aire, discute la situación, la cual toca a muchos de sus más importantes figuras. Se habla de cortar el nudo gordiano. Chávez entra en pánico y consulta a su cerebro, órgano que no reside en su verruga frontal –como sostiene una versión anti-científica difundida con intención de desacreditarlo-, sino en La Habana.
Siguiendo consejos a ver si llega a viejo, se atreve a decir por televisión que la mayoría de los militares se alzaría si se designara un presidente que no fuera él. Es una amenaza directa a los militares partidarios de despedirlo como un empleador despide a un empleado inepto y una apelación a la difundida teoría según la cual militar no pelea.

Chávez encomienda la más delicada misión al general Rangel Silva, uno de sus oficiales de mayor confianza, a quien reclutó en la Academia Militar y ha utilizado desde entonces en tareas tan honorables como infiltrar a la estúpida inteligencia militar de Carlos Andrés Pérez. La delicada misión es declarar por “Últimas Noticias”, vocero del régimen, que los militares no admitirían un presidente que no sea Hugo Chávez. Para los políticos, la amenaza de que si lo sacan será peor para ellos porque vendrá una dictadura militar. Para los militares, la amenaza de guerra civil si ellos, como sus empleadores que son, deciden despedirlo. Es el típico gerente incapaz que cuando le están preparando la liquidación dice que esa empresa no puede funcionar sin él.

Santos no entregará Makled a Chávez, pero tampoco a los Estados Unidos mientras estos no le den a Colombia lo que le deben. Makled terminará contando en un tribunal de Nueva York cómo es que el círculo íntimo de Chávez alberga protectores del narco-tráfico. Estados Unidos, con el apoyo de Europa, Japón, China, la India y los países árabes moderados, tratará, con muchas posibilidades de éxito, de llevar a Chávez a un tribunal internacional con cargos de delitos contra la humanidad. No es que así pasarán exactamente las cosas, pero es el camino que llevan y por donde los grandes poderes del planeta quieren que sigan. Personalmente creo que ante esa presión sostenida y creciente, en determinando momento Chávez estaría dispuesto a renunciar si no fuera porque su cada vez más precaria jerarquía presidencial es la protección contra el temido tribunal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La papa caliente esta en Colombia pero el tribunal Colombiano puede posponer la entrega de Mackled hasta despues de nuestras elecciones del 2012 y entregarselo al nuevo Gobierno Venezolano.

11-12-2009 Discurso del Embajador de Panamá ante la OEA

Impecable Discurso de Guillermo Cochez, Embajador de Panamá ante la OEA. No dejes de escucharlo ! La da al régimen hasta con el TOBO, pero dipolmáticamente...!