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Viernes, 4 de marzo de 2011
La red de tentáculos cubanos toca los nervios más sensibles del aparato militar y de seguridad del Estado venezolano
En esta imagen de archivo un grupo de militares venezolanos participan en un desfile de conmemoración de la independencia de la República Bolivariana de Venezuela.
Desde comienzos de la administración de Hugo Chávez Frías se viene hablando de que existe presencia militar cubana en Venezuela, una situación que era un secreto a voces y que hoy día se evidencia con testimonios y documentos.
Los alcances de lo que es un secreto a voces en Venezuela parecen irse revelando y poniendo en claro hasta dónde llega la penetración militar cubana en Venezuela.
Durante diez años se intentó mantener en secreto el asunto, pero ahora comienzan a conocerse cómo la red de tentáculos cubanos toca los nervios más sensibles del aparato militar y de seguridad del Estado venezolano. Una injerencia que sobrepasa cualquier límite que de situación similar se tuviera en el pasado.
Por vía de militares activos y retirados, como a través de documentos, estudios, y por académicos y expertos en materia militar se sabe ahora que oficiales cubanos tienen puestos clave en la Fuerza Armada y poseen amplia capacidad de influir en la toma de decisiones militares, así como en comandos estratégicos, guarniciones, bases aéreas, puestos fronterizos, estaciones de rastreo satelital, e incluso, instalaciones petroleras a lo largo del país.
La situación ha llegado a tal extremo que ha causado inquietud y crítica dentro de la Fuerza Armada Nacional, FAN.
De hecho, se han producido renuncias de altos funcionarios y expresiones de rebeldía en cuarteles militares, donde suelen circular panfletos y grafitis con mensajes críticos a la presencia cubana.
“La presencia de militares cubanos está en contra de los principios institucionales de soberanía e independencia de Venezuela. Y en ese sentido, todos los militares venezolanos deben estar en contra de esa situación”, aseguró Antonio Rivero, general de Brigada del Ejército que renunció a su cargo el pasado 7 de abril, en desacuerdo con la cubanización del sector militar venezolano.
“Existe el riesgo de que información considerada de seguridad nacional como ubicación de armamento y cómo organizar los sistemas de comunicación de los diversos componentes de la FAN, pueden caer en manos de los cubanos”, añadió Rivero.
Y aunque las altas autoridades del gobierno venezolano no niegan la presencia militar cubana, si han aclarado que esta presencia tiene lugar en el marco de acuerdos de cooperación previamente existentes, y que no hay riesgos de “cubanización” de la FAN.
Como un mecanismo de cooperación militar” entre Venezuela y Cuba, cataloga la situación el presidente Hugo Chávez quien defiende la actuación de los oficiales castristas”.
“Aquí los cubanos nos están ayudando (...) Nos han dicho cómo almacenar las brújulas, cómo reparar los radios de los tanques y cómo se debe almacenar la munición”, refirió el presidente Chávez en una rueda de prensa a mediados del año pasado.
El mandatario también sugirió que los cubanos cooperan con Venezuela en operaciones secretas. “Cuba nos ayuda modestamente en algunas cosas que no te voy a detallar”, le dijo a un periodista el año pasado en Caracas.
Pero mientras el presidente de la República Bolivariana de Venezuela dice esto, el ministro de la Defensa, Carlos Mata Figueroa, niega enfáticamente que los cubanos ejerzan funciones de control militar. “Los agoreros hablan de que hay cubanización, bielorrusiación, iranización, rusianización, cuando no hay nada de eso”.
Sin embargo, una creciente y detallada evidencia describe el amplio alcance que ya tiene el activismo militar cubano dentro del estamento militar venezolano.
Caso Frank Yánez
Un caso que vale la pena señalar, pues se constituye en ejemplo fehaciente de la penetración militar castrista es el del general de bridada cubano Frank Yánez, jefe del Grupo de Coordinación y Enlace de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba en Venezuela, quien dirige una misión militar de 20 altos oficiales acantonados en Fuerte Tiuna, la guarnición militar más grande de esa nación suramericana.
Carlos Romero, analista militar, académico de la Universidad Central de Venezuela, UCV, sostiene que el general Yánez ocupa un piso en el edificio que sirve de sede al Ministerio de la Defensa, y desde allí desarrolla una importante capacidad de mando sobre las operaciones de la FAN venezolana.
Desde la plataforma opositora también se escuchan protestas contra esta situación. “Nunca antes habíamos permitido que ciudadanos de otro país asumieran puestos claves asociados con la seguridad nacional”, refirió Julio Borges, presidente del partido opositor Primero Justicia y actual diputado a la Asamblea Nacional.
Estima Borges que colocar a cubanos en posiciones claves dentro de la FAN podría comprometer la soberanía nacional y violar leyes venezolanas.
“Los cubanos no pierden el tiempo en lo que no les da de comer. Están concentrados en los sitios más vitales del país: en comandos militares estratégicos, en la Milicia Bolivariana y en instalaciones estratégicas de la industria petrolera”, dijo entretanto Rocío San Miguel, quien es experta en temas militares y además es presidenta de Control Ciudadano, una asociación civil cuya función es monitorear la actividad militar en Venezuela.
En la opinión de San Miguel, quien ha desarrollado sobre el tema, los cubanos se encuentran activos como asesores militares en las seis divisiones de infantería del ejército venezolano, donde se concentra el mayor poder de fuego de la FAN, ubicadas en las ciudades de Maracaibo, Caracas, San Cristóbal, Maracay, San Fernando de Apure y Ciudad Bolívar. “En todas las divisiones del Ejército hay cubanos, y se apoyan en las instalaciones que tienen en todo el país para moverse”.
Y hace su advertencia más dramática: “Es en la industria petrolera y en la Milicia donde los cubanos tienen la presencia más seria”.
En el comando central de la milicia, ubicado en el Museo Histórico Militar, en el oeste de Caracas, los oficiales cubanos juegan un papel central que abarca desde organización jerárquica hasta entrenamiento de los milicianos, siguiendo el modelo de defensa cubano, indicó San Miguel.
“Allí los cubanos tienen una interacción importante con los colectivos sociales, los Comités de Defensa de la Revolución bolivariana, los círculos bolivarianos. Están encargados de proteger el perímetro de Miraflores (sede presidencial), y controlan la presencia de la milicia en la industria petrolera nacional”.
También el coronel retirado Luis Alfonso Dávila, quien fue Canciller y ministro de Relaciones Interiores y Justicia del gobierno de Chávez entre los años 2000 y el 2002, asegura que unos 60,000 cubanos controlan “actividades sensibles para la soberanía de Venezuela”, entre ellas funciones dentro del alto mando militar.
“Están en todos los lugares donde se toman las más altas decisiones estratégicas”, aseguró Dávila.
De todo lo afirmado, el testimonio más detallado de las actividades de oficiales cubanos en Venezuela es el que ofrece el general retirado Antonio Rivero, quien estuvo activo hasta el pasado 7 de abril y que pidió la baja por desacuerdo con la presunta cubanización del ejército venezolano.
En ese entonces, Rivero pidió a la Fiscalía General de Venezuela investigar la actuación de oficiales cubanos en tareas militares considerados secretos de Estado, y establecer si violan leyes venezolanas, y si puede haberse cometido un delito de traición a la patria.
Este general, quien es ingeniero electrónico, fue hasta noviembre del 2009 Jefe del Estado Mayor de la V División de Infantería de Selva, una de las seis divisiones con que cuenta el ejército venezolano.
Rivero presentó la semana pasada la más detallada relación de cómo actúan los cubanos dentro de cuarteles y academias militares de Venezuela, en un documento consignado ante la Fiscalía.
Igualmente, Rivero relató una reunión en la que participó en noviembre de 2008 junto a otros 39 profesionales del ejército, para coordinar la construcción de túneles y bunkers para la FAN, como parte de un curso de ingeniería en la Academia Militar, que exigía también viajar a La Habana.
Dijo que el general de División Noel Jesús Grisanti, comandante del Sexto Cuerpo de Ingenieros del Ejército venezolano, presentó en el encuentro a un coronel cubano encargado del adiestramiento para las construcciones militares que tienen carácter secreto.
“El coronel, con ropaje civil, explicó la confidencialidad de la información. Señaló que ya trabajaban en la construcción de dichas instalaciones y que se extenderían a otras áreas militares. Destacó otras actividades para los militares venezolanos, entre ellas la visita a la República de Cuba”, precisó Antonio Rivero en el documento de seis páginas presentado a la Fiscalía.
El general retirado dijo que en marzo de 2009, confirmó que un grupo de militares cubanos llevaron a cabo una “evaluación en conjunto” de la Jefatura del Servicio de Armamento del Ejército.
En abril de 2009 constató personalmente que tres altos oficiales cubanos, con edades comprendidas entre 45 y 55, trabajaban como asesores en el Comando Estratégico Operacional, la más alta instancia decisoria de la FAN venezolana.
Los militares cubanos podrían haber estado usando nombres falsos para evitar ser identificados en cuarteles y bases militares venezolanas, debido al alto rechazo que genera su presencia en la oficialidad venezolana.
Pero los activos también se manifiestan en contra de esta situación.
De hecho, un grupo de militares activos pero bajo condición de anonimato dijeron que un contingente de más de un centenar de oficiales cubanos está acantonado en Planta Centro, la mayor central termoeléctrica del país, y “rinden cuentas únicamente a sus superiores cubanos”, sin reportar a ningún comandante venezolano.
Los oficiales ocupan las instalaciones de la Base Naval contraalmirante Agustín Armario, en la ciudad de Puerto Cabello, donde está el segundo puerto más importante de Venezuela, controlado por el consorcio venezolano-cubano Bolipuertos.
Los cubanos reciben protección de funcionarios de la Guardia Nacional bolivariana que tiene su sede en la ciudad de Morón, a pocos kilómetros de Puerto Cabello.
Pilotos y oficiales de la aviación militar cubana supervisan y participan en operaciones especiales de entrenamiento y vigilancia por lo menos en tres bases aéreas del país, estimó el analista militar Orlando Ochoa Terán.
Los oficiales cubanos supervisan las operaciones de pilotos venezolanos que operan los aviones de fabricación rusa Sukhoi en la base aérea Luis del Valle García, en el estado Anzoátegui, en el oriente del país, dijo Ochoa Terán.
Al mismo tiempo operan en la base aérea de Carrizal, en el estado Guárico, y en la estación de rastreo del satélite de fabricación china Simón Bolívar, ubicado en el mismo estado, indicó el analista.
Ochoa agregó que los cubanos también operan en el terreno de la inteligencia civil y militar, ya como asesores del recién creado Servicio Bolivariano de Inteligencia, Sebin, que sustituyó a la antigua Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención, Disip; y de la Dirección de Inteligencia Militar, que centraliza las labores de espionaje y contraespionaje para todo el sector militar y político venezolano.
“Tenemos militares cubanos espiando a los venezolanos, y eso es inaceptable para cualquier patriota”, dijo Luis Fuenmayor Toro, político y académico chavista que pasó a la disidencia a mitad del 2010 en parte por estar en desacuerdo con la creciente cubanización del gobierno venezolano.
El origen de la injerencia
Las primeras protestas en torno a la penetración militar cubana en Venezuela se hicieron sentir la Fuerza Armada Venezolana en 2002, cuando en un manifiesto firmado por 3 mil 400 oficiales activos, entre ellos oficiales generales, superiores, subalternos, suboficiales y hasta tropa profesional, denunciaron a Chávez por “someter a la Fuerza Armada a los dictámenes de Fidel Castro”.
Los oficiales denunciaron en ese entonces, el sobrevuelo de “aviones de guerra cubanos con pilotos cubanos” en operaciones dentro de territorio venezolano en enero de 2002, “en un claro insulto a Venezuela”.
Después, en 2004, se inició el intercambio masivo de militares venezolanos a instalaciones de entrenamiento militar en Cuba, entre ellos un grupo de oficiales miembros del Consejo de Defensa de la Nación, con sede en Caracas, que acudió en diciembre de ese año al Centro de Información de la Defensa Cubana, en La Habana.
En 2005, los contactos se intensificaron. Entre junio y agosto, acuden a la isla varias delegaciones de estudiantes tanto militares como civiles, del Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional; oficiales del XLVI Curso de Comando y Estado Mayor de la Escuela Superior del Ejército y oficiales del Curso 35 de Comando y Estado Mayor de la Escuela Superior de Guerra Aérea de Venezuela.
Posteriormente, en 2007, un grupo de más de 250 uniformados, incluyendo oficiales y cadetes de la Escuela de Aviación Militar, asisten a un entrenamiento especial en Cuba entre febrero y mayo, como parte del curso de Comando y Estado Mayor Conjunto y las escuelas superiores de Guerra, de Defensa Militar y de Orden Interno de la Guardia Nacional venezolana.
Para esa misma fecha, en el mes de junio, Chávez propuso la creación de una fuerza militar conjunta para los países que integran la Alianza Bolivariana para las Américas, Alba, comandada por militar cubano de alto rango, y con un ejército inicial de 250 soldados venezolanos y 250 soldados cubanos.
En mayo del 2008, los documentos encontrados en la computadora perteneciente a Raúl Reyes, dirigente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, muerto por tropas colombianas en territorio ecuatoriano, revelaron una conexión venezolana-cubana con los rebeldes, aunque colateral, de acuerdo a una revisión de los papeles realizada por este portal.
En junio de 2008, se produce otra visita de más de 300 oficiales, profesores y alumnos de la Escuela de Aviación Militar de Venezuela, y de la Escuela Superior de Guerra Conjunta., al Instituto Técnico Militar José Martí, ITM, el mismo lugar donde se forman los pilotos venezolanos que operan los aviones Sukhoi, de fabricación rusa.
Asesoría en temas sensibles
Expertos cubanos han asesorado al gobierno chavista en temas sensibles como la nueva Ley de Inteligencia. Entre otros aspectos, esta ley obligaba tanto a ciudadanos privados como a empresas a convertirse en informantes de organismos de inteligencia del Estado.
“Es claramente una ley inspirada en el modelo cubano de los Comités de Defensa de la Revolución”, opinó el analista político Américo Martín.
La propuesta de ley generó tantas críticas que en junio de 2008 Chávez aplazó su aprobación, argumentando que estaba siendo utilizada por la oposición para desprestigiar la revolución bolivariana.
Los vínculos no son sólo militares sino también policiales. En mayo de 2008, una misión de expertos policiales cubanos presidida por Ramón Rodríguez Curbelo, jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), llega a Caracas para participar en la formación y entrenamiento de la nueva Policía Nacional de Venezuela.
Según Rocío San Miguel, el nuevo sistema de policía nacional ha permitido al gobierno intervenir cuerpos policiales de gobernaciones dominadas por la oposición, y controlar el armamento del cual disponen.
Por otro lado, los sectores militares de Cuba y Venezuela han realizado operaciones y acuerdos conjuntos con terceros países, como Rusia y Bolivia.
En diciembre de 2008, el primer ministro ruso Vladimir Putín dijo en Moscú que acuerdos militares entre Rusia, Venezuela y Cuba permitirían a naves de la armada rusa recargar o aprovisionarse en puertos venezolanos o cubanos.
En noviembre de 2009, el líder opositor y empresario boliviano Branko Marinkovic, presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, y el analista político Cayetano Yovet, denunciaron en Miami la injerencia de militares y asesores de inteligencia venezolanos y cubanos en la política interna de Bolivia.
“Mientras los venezolanos llegan con millones de dólares en cheques para entregar, los cubanos manejan discretamente un sofisticado sistema de represión”, dijo Marinkovic.
Consecuencias jurídicas
El activismo militar cubano en Venezuela abre interrogantes y podría generar dificultades jurídicas para el gobierno de Hugo Chávez, pues según el general Antonio Rivero, el presidente venezolano podría estar cometiendo un delito de traición a la patria al permitir que oficiales militares extranjeros tengan acceso a información secreta y sensible para la seguridad del Estado venezolano.
“Hay militares cubanos en posiciones en las cuales pueden adquirir conocimiento e información relativa a la seguridad del Estado, y esto atenta de una manera u otra contra el Estado, contra la soberanía nacional”.
Rocío San Miguel considera que existen suficientes evidencias de que la presencia militar cubana está violando importantes artículos del Código Penal Venezuolano.
San Miguel describió cinco puntos críticos: atentado contra la independencia de la república; confabulación para destruir la forma política republicana de la nación; intervención extranjera en asuntos internos de Venezuela; revelación de secretos políticos o militares concernientes a la seguridad nacional; y entrega de recursos a un país extranjero que pudieran ser utilizados en perjuicio de la república.
“Estos cinco elementos constituyen varios de los tipos penales que configuran el delito de traición a la patria, y por el cual el presidente Chávez podría ser imputado”, dijo la analista.
Para el profesor Luis Fuenmayor Toro, ex rector de la UCV, cualquier presencia de militares extranjeros en el país, salvo para asesorías aisladas, “es el principio de una violación de la soberanía nacional y una traición a la patria”.
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