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mayo 6, 2011
(Foto archivo Reuters)
No hay aceite, se acabó la leche, el pescado está caro: Comprar los víveres del mes se ha convertido en un suplicio cotidiano para muchos venezolanos, que tienen que lidiar con la inflación más alta de América Latina así como con la escasez cíclica de productos.
Los esfuerzos del gobierno por enfrentar esa agobiante combinación para los hogares no logran calmar la desesperación en los supermercados, donde la gente se queja porque no encuentra lo que busca o porque se sale de su presupuesto.
“¿Que si conseguí todo? Apenas la mitad: no hay aceite, no hay mantequilla. ¡Hacer la compra es un via crucis!”, exclama, alterada, Zulaida Rivas, de 62 años, al salir de un supermercado.
En abril, la inflación en Venezuela alcanzó un 1,4% y en los últimos 12 meses, los precios subieron 22,9%, una cifra récord en América Latina en el período. En 2010, la inflación venezolana fue de 27,2%.
“Duro tres días haciendo mercado, tengo que ir a diferentes negocios. En unos encuentro carne barata y en otros las legumbres. ¡Hoy por ejemplo, no hay aceite!”, coincide Argelia Allende, de 36 años, terminando de comprar en un mercado ubicado en una zona popular del oeste de Caracas.
Estas mujeres gastan entre 1.500 y 2.000 bolívares (348 y 465 USD) al mes para alimentar a seis personas. Como ellas, varios clientes de supermercados se fijan detenidamente en los precios antes de poner un producto en su cesta. “Hay grandes diferencias” en los precios entre diferentes supermercados, dice Rivas.
Venezuela, primer productor de petróleo sudamericano, importa la mayoría de los bienes que consume y no logra superar el modelo económico rentista e incentivar la producción nacional.
En estos días, el presidente Hugo Chávez decretó dos incrementos en el salario mínimo, que a partir de mayo subió 15% para ubicarse en 1.407 bolívares (327,43 USD) y volverá a aumentar 10% en septiembre, hasta llegar a los 1.548 bolívares (360 USD).
Pero según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores, el precio de una canasta básica alimentaria mensual para una familia es de 2,633,64 bolívares (612,47 USD).
Chávez, que aspira a ser reelecto en 2012 para un tercer periodo de seis años, afirma que la inflación se debe a la crisis mundial de alimentos y a la especulación de empresas privadas.
Con miras a proteger los ingresos de los venezolanos, el gobierno fija desde hace años los precios de los alimentos básicos como leche, aceite o azúcar, pero estos productos siguen escaseando de forma cíclica.
Además, en Venezuela opera desde 2003 un rígido control de cambio. Actualmente, un dólar vale 4,3 bolívares, pero las divisas otorgadas por el gobierno a esta tasa oficial no bastan para saciar la demanda de importaciones.
Por ello y pese a los esfuerzos del gobierno por controlarlo, sigue existiendo un mercado paralelo de dólares, a un valor mucho más elevado que el oficial, que encarece el precio de numerosos productos y dispara la inflación del país sudamericano.
“Compro lo que puedo. No sé si esto mejore. Yo sólo veo que todo es más caro, que nunca las cosas bajan de precio”, se lamenta Margarita Pérez, venezolana que tiene a su cargo a cinco personas.
Para Ricardo Pereira, un profesor jubilado, el problema de la inflación y la escasez se resuelve gracias a que el gobierno, además de regular precios, dispone de una red de distribución de alimentos a precios subsidiados y de los Abastos Bicentenario, supermercados expropiados en 2010 al grupo francés Casino.
“Sólo voy a los lugares donde vende el gobierno, los precios son económicos y encuentro todo. En los otros (las cadenas privadas) puede que haya más variedad, pero es para un tipo de presupuesto que no es el mío”, afirma Pereira.
Para este hombre, el problema no es la inflación. “En los negocios cobran lo que les da la gana, especulan (…) Si Chávez no pone coto a esto, este aumento salarial va a quedar en nada”, asegura.
Afp
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