Pablo Pérez en el Oeste de Caracas

viernes, 16 de octubre de 2009

Beisbol, Democracia y partidos políticos.


Beisbol, Democracia y partidos políticos.
Manuel Inciarte Álamo.

¿Cuantas veces como aficionados al beisbol hemos criticado severa y vehementemente al manager de nuestro equipo predilecto por una decisión errada?¿Cuantas veces hemos pedido que "sienten" a determinado jugador por su bajo rendimiento de bateo o fildeo? ¿Cuantas veces hemos hecho saber nuestro desacuerdo con el cambio de una estrella del equipo realizado por la gerencia? ¿Cuantas veces nos hemos sentido decepcionados por un error o un ponche de determinado jugador? Sin embargo, ante esas circunstancias como amantes del beisbol, para el próximo torneo, seguimos nuevamente a nuestro equipo de siempre y en peor de los casos, nos cambiamos para otro equipo, pero rara vez abandonamos lo que tanto queremos, nuestra afición al beisbol. Como pueden ver, los venezolanos amamos a la institución que es nuestro beisbol y respetamos muchísmo a esas instituciones que le dan sustento que son los equipos de nuestra pelota. Los venezolanos no dejamos que los errores de las personas, de las individualidades, se lleven por delante a las instituciones del beisbol en las cuales creemos. Eso es lo correcto, pero no lo aplicamos igual en todos los escenarios.

Les digo eso porque por otro lado, en Venezuela, además de esperar cada año el inicio de nuestro ansiado beisbol profesional, la inmensa mayoría de los venezolanos también deseamos, queremos, anhelamos, que nuestro país pueda lograr algún día la mejor de las democracias posibles. Todos idealizamos una democracia verdaderamente democrática, valga la redundancia; una democracia que sea fuerte, una democracia constituida con poderes verdaderamente equilibrados y autónomos, una democracia eficiente, una democracia sólida, sometida al mando civil, una democracia estable y duradera, que promueva el desarrollo social y que de verdad, brinde respuestas oportunas a los grandes problemas de nuestra sociedad cada vez mas compleja y diversa. En eso se parecen mucho nuestra visión ante el beisbol y ante la democracia. Beisbol y democracia son de las cosas que más nos gustan a los venezolanos.

Pero así como no puede haber beisbol sin equipos, no puede existir democracia sin partidos políticos. No existe ninguna democracia que sea sólida, fuerte y duradera sin la existencia de partidos políticos igualmente sólidos, fuertes y duraderos, así como no pudiese existir el arraigo de nuestro beisbol sin la existencia de nuestros mas arraigados equipos (Magallanes, Caracas, Zulia, Aragua, Lara, La Guaira). He ahí una de las cuasas de porque caimos en la trampa en la que estamos y seguimos entrampados después de estos casi once años.

La trampa en la que estamos metidos y que no nos ha permitido la construcción de esa democracia que queremos se llama "antipolítica y antipartidismo". Todos los venezolanos hemos contribuido de una u otra manera a meternos en esa trampa, ya sea por acción u omisión, antes o ahora. La demolición del sistema de partidos que anteriormente teníamos, es responsabilidad de todos; unos contribuimos desde adentro de los partidos y otros desde afuera, unos lo hicimos en los años noventa y otros lo seguimos haciendo ahora. Sabemos muy bien que esos partidos que teníamos en los noventa no eran perfectos ni mucho menos, pero con la participación activa de todos hubiésemos podido recomponerlos, mejorarlos, sanearlos, y adecuarlos a los cambios que la sociedad exigía, pero no lo hicimos. Desde adentro se hicieron muchas cosas mal que los debilitaron y desde afuera les caimos encima para terminarlos de desbaratar, en lugar de haber acudido en masa, como ante una gran tragedia nacional, para el rescate moral y organizativo de estos. Parte del error colectivo radicó en culpabilizar a los partidos de lo ocurrido y no a las individualidades que cometiron los errores, tal como lo hacemos en los equipos de nuestro béisbol. No lo hicimos así y la sociedad se llevó en los cachos a todo el mundo, personas e instituciones. Despues de ese grave error llevamos casi once años con este nuevo régimen en el cual desembocamos después de la demolición del anterior sistema de partidos y aún continuamos dando traspiés tratando de salir de la trampa si tan siquiera entenderla como colectivo.

Es importante no dejar pasar por alto que los partidos políticos como instituciones que son, no tienen ninguna culpa de los desaciertos que algunos de sus dirigentes hayan podido tener en algún momento, que los partidos políticos son solo instituciones formadas por individuos, razón por la cual, los errores, omisiones, desfachateces y delitos que son cometidos por individuos específicos, con nombre y apellido, deben ser cobrados a estos, jamás hacerlo en contra de las instituciones.

Seguimos sin partidos políticos lo suficientemente fuertes para lograr los objetivos, pero estamos a tiempo para fortalecer los que tenemos, no mucho tiempo, pero si podemos lograrlo. Los culpables de la actual situación estamos en todos lados, adentro y afuera de los partidos. Que logremos los objetivos no depende únicamente de la gente que está dentro de los partidos tratando de hacer algo, depende también de la gente que esté decidida a sumarse a la lucha partidista que hay que dar para poder inclinar el fiel de la balanza. Si los 5 millones 300 venezolanos que votamos por el NO en enero estuviesemos todos organizados en partidos políticos otro gallo cantaría.

Tenemos que actuar como sociedad. Tenemos que organizarnos. La hora es YA. Para luego puede ser muy tarde.

EL LIDER SOMOS TODOS

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11-12-2009 Discurso del Embajador de Panamá ante la OEA

Impecable Discurso de Guillermo Cochez, Embajador de Panamá ante la OEA. No dejes de escucharlo ! La da al régimen hasta con el TOBO, pero dipolmáticamente...!