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No queremos un candidato magullado ni una unidad resquebrajada
Actores políticos y opinadores pro gobierno tienen ya varios días con un discurso repetido que, expresado de diferentes formas, se puede resumir en las siguientes frases: "En la oposición no hay ninguna unidad. Los precandidatos presidenciales se están matando a cuchillo. Saldrán completamente debilitados de sus primarias y quien de allí resulte electo, vendrá completamente desgastado a enfrentarse a Chávez en las presidenciales".
Este discurso, que en principio va dirigido a los electores chavistas para señalarles que su candidato será invencible y que el nuestro no tendrá fuerza por cuanto terminará presentándose muy debilitado ante los ataques que hacia él vendrán de las propias filas opositoras, no debe descuidarse en nuestro proceso de selección de nuestro abanderado. Por más que pueda parecer una fórmula más para desacreditar al adversario, como suelen hacer constante y públicamente, no es menos cierto que depende tanto de nuestros candidatos, como de la Mesa de Unidad y de la comisión electoral nombrada, que la campaña que apenas se inicia -y para la cual aún no se han presentado todos los que en definitiva se medirán- no se les vaya de las manos y no se produzca un nivel tal de descalificaciones que termine otorgándole al chavismo la razón en los pronósticos que hasta hoy sin fundamento señalan.
Hasta este momento los candidatos que han manifestado su voluntad de participar en las primarias presidenciales han venido haciendo el trabajo que deben hacer recorriendo intensamente el país, conformando sus equipos de apoyo y tratando, cada uno, de generar empatía con los electores. Con mayor o menor profundidad, han estado señalando cómo abordarían los problemas del país y han realizado una serie de propuestas de cómo manejar el Estado desde la jefatura de gobierno. Estamos aún en la etapa de arranque y, hasta ahora como es natural, ninguno ha sacado toda su caballería a la calle, ni todas sus argumentaciones ni tampoco han entrado en la comparación de sus ofertas y sus nombres con los otros competidores. Lo avanzado hasta ahora ha sido poco.
En adición, ante la indefinición por parte del CNE de una fecha cierta para la celebración del proceso electoral presidencial, aún no existe realmente un clima electoral en el país, ni para las nuestras primarias ni para la elección presidencial. Pero con seguridad, una vez pase el mes de agosto, tradicionalmente destinado por una gran parte de la población para tomarse unos días de descanso en familia y una vez que se complete de manera definitiva la lista de candidatos que participarán en el proceso, comenzará de manera más enérgica y constante la verdadera campaña y entraremos de lleno en un ambiente electoral nacional.
A partir de la segunda quincena de septiembre subirá el interés por nuestro proceso y con seguridad ya en octubre, con todos los ciudadanos incorporados a sus actividades cotidianas, la campaña de cada uno de los aspirantes a ser nuestro abanderado presidencial estará en plena marcha. Manteniéndose el 12 de febrero como la fecha pautada por la MUD para que se celebren (fecha ya aceptada públicamente por todos los que hasta ahora compiten y no modificable a menos que suceda un evento imprevisto) tendremos cuatro meses y medio intensos en los que los aspirantes estarán realmente en campaña. Es fundamental que el nivel de discusión y de contrastes entre cada uno de ellos se mantenga muy alto.
Están prohibidos, por el bien de la unidad, los golpes bajos, las zancadillas y las descalificaciones. Debemos demostrar que en el contraste de ideas y propuestas, en la ingeniosa forma en que cada uno tenga para darlas a conocer, en el contenido de sus mensajes y en su capacidad de respetar al otro contendiente, estarán basadas sus campañas particulares para lograr adhesiones.
No hacerlo así, no sólo terminarán teniendo la razón los opinadores chavistas que hoy pronostican que nuestro candidato luego de nuestra contienda de primarias llegará debilitado a la contienda presidencial, sino que al propio elector opositor se le estará enviando un mensaje muy negativo, lo que podría desanimarlo y alimentar la abstención a la que sin duda jugará el chavismo por muchos mecanismos ya harto conocidos.
A los que ya se lanzaron y a los que están por lanzarse les corresponde la inmensa responsabilidad de actuar correctamente para salir de las primarias presidenciales más fortalecidos y unidos. No queremos un candidato magullado ni una unidad resquebrajada. El que resulte vencedor necesitará de todos los demás candidatos, de todos los partidos políticos y de todos los electores posibles, para vencer la contienda definitiva: la presidencial.
gblyde@gmail.com / @GerardoBlyde
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