Por Nelson Maica C
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Se siente, todavía, la presencia de una coordinación universal, por ejemplo, de las grandes compañías internacionales, de los sistemas globales – aviación, mares, telecomunicaciones, etc. - a pesar de la competencia.
Se observa coordinación entre los movimientos y grupos, de todo tipo, diversos países. Todos buscando hacerse sentir, oír. Todos pretenden hacer uso de su libertad, de sus derechos fundamentales y del reclamo a participar en la toma de decisiones que les afecta.
En esa realidad es casi imposible, y sino a muy alto precio, aislar a un país del conjunto de opciones sociales mundiales. Caso de aparente excepción: Cuba; sin embargo, confirma la presunta realidad. Hoy depende más de otros.
Este hecho debería ser observado como un proceso que se va nutriendo por lo que ocurre a cada momento en todos partes del mundo, por muy lejos o extraños que nos parezcan.
El quehacer político, la lucha política, ocurre en donde hay población, organización y dirección; se enfrentan o convienen los trabajadores con el capital (nacional y/o extranjero), la burocracia con el propio gobierno, con los grupos (partidos) y con la población.
La población, en sus distintas capas, forcejea en lo político, en lo económico, en lo social, cultural, salud, educación, bienes, servicios, etc., con todo aquel que pretenda ejercer dominio sobre ella y usarla en su provecho.
La cuestión, para el grupo en el poder aquí, luego de casi 13 años, no es oponerse al imperialismo, a la burguesía criolla, a los explotadores, etc., a la democracia representativa y plural ya que es un valor y una creencia compartida por la mayoría del pueblo, sino contraponer e imponer las conveniencias y prácticas que supuestamente realiza ese grupo, obedeciendo directrices extrañas, provenientes de mentes totalitarias, militaristas, antidemocráticas y hasta genocidas.
Lo anterior, para algunos tratadistas, debilita a la sociedad como tal y permite, en un momento dado, el ascenso de capas subordinadas de la población o de los sectores más activos de la misma.
Ese mecanismo y ese ascenso actualizan a la sociedad y pone a prueba la autonomía, nuevas experiencias, a los propios aparatos del estado y del gobierno, a los partidos y demás organizaciones. A todo el conjunto social.
Cuando el movimiento social es muy grande provoca inestabilidad política. Se tiende a diferenciar la sociedad política de la sociedad civil. Aparecen los grupos y movimientos de mediación entre ambas y el gobierno.
¿Puede entrar y/o está en crisis el Estado? Claro. Cuando, por ejemplo, le entrega la soberanía a otro. Cuando deja de tener justificación ideológica. Cuando la acción del gobierno se vuelve ineficiente, corrupta, excluyente y desprecia y no actúa en base a consensos emanados de la sociedad. Cuando no permite ni toma en cuenta las demandas de la sociedad. Otras.
La crisis debilita las instituciones, la idea de orden y jerarquías. Da pie a la anarquía y surge otro tipo de legalidad como por ejemplo las exigencias de los movimientos sociales tanto pacíficos como armados. Cambia la subjetividad de objeto de política a sujetos de políticas. Surge una multitud con algún tipo de organización, de relaciones, tal vez, de estrato social, sindicatos, vecinos, intereses definidos, etc., que profundiza la crisis y acentúa sus demandas, provocando cambios.
¿De cuál tipo es la crisis? ¿Llega a conflicto? ¿Crisis por normas, pacto social, constitución, acuerdo, leyes? ¿Crisis de identidad como pueblo, como nación, como país? ¿Por inviabilidad económica? ¿Múltiples?
Si la crisis deriva en confrontación pura y simple habrá que apelar a medios de negociación, al dialogo, para tratar de resolverlos; de fracasar, vamos al caos.
¿Algún rasgo que ayude a diferenciar la globalización? Si, varios. Polos de poder: USA, UE, China, India y los supuestos Emergentes. Empresas globales en algunas áreas. Energía. Tecnología. Comunicaciones. Aviación. Ongs globales. Etc. Surgimiento y extensión de movimientos sociales con objetivos específicos. Nuevas organizaciones de diversa índole e integrantes con renovados planteamientos reivindicativos a nivel global. Libertad. Propiedad. Trabajo. Salud. Alimentos. Derechos humanos. Igualdad de oportunidades. No fronteras. Etc.
Se pueden distinguir dos bloques: a. Quienes amenazan el futuro y al planeta y pretender volver antes de la edad media, pero con la técnica actual. b. Quienes pretenden defender lo actual, logrado hasta el presente, no mirar hacia atrás, y tomar y avanzar hacia una alternativa de futuro.
Aquí, ahora, no tiene cabida la supuesta lucha de clases. Comunismo. Llego a su límite hace tiempo atrás. Quedo en el pasado, ya es historia. Ya nadie puede, en este mundo, imponer sus puntos de vista, en todo caso, compartirlos y, en el mejor de ellos, liderarlos.
El poder, cada día más, está en el camino de ser compartido y cada participante necesita del apoyo de los otros para ejercerlo. La centralización y concentración del poder ya no tiene sentido.
Aquí, ahora, tiene cabida la lógica del dialogo y el consenso. La paz. La convivencia. La inclusión. El régimen se ubicó, desde sus inicios, en la exclusión y la confrontación. Imposición por la fuerza bruta. De espaldas al devenir. Eso, de no rectificar, nos lleva a la crisis y, ojala que no, a la confrontación.
Pero todavía persisten los demagogos y consiguen algunos oyentes, quienes pretenden disfrazar, ante el rechazo generalizado del pueblo, bajo consignas nacionalistas, sentimentalistas y compasivas y, en algunos casos, religiosos y/o de otra naturaleza, la tal lucha de clases, el marxismo, el comunismo.
Quedo muy atrás eso de creer a los obreros y campesinos como únicos sujetos de revoluciones, de vanguardias revolucionarias, capaces de implantar y lograr transformación social.
Existen otros movimientos y organizaciones con las mismas posibilidades, menos conocidos y con métodos y estrategias de lucha que les han permitido conseguir aliados, organizarse y actuar y obtener éxitos, incluso, políticos.
Aquí la importancia de los denominados “movimientos sociales”, productos de la globalización, una nueva alternativa y un nuevo limite a “lo anterior”.
¿Laboratorio? ¿Nueva escuela? ¿Nueva realidad? ¿Nueva forma de ejercer poder? ¿Se manifiestan en este país que no existe?
Tips:
01. Pregunta: ¿Esta sociedad, este pueblo, este país, estos ciudadanos, este liderazgo nacional, está en la vía de reconquistar la democracia plural? Usted hace y/o hará la diferencia. Por favor, resuelva pronto.
02. ¿Quién certifica que no es otro el que usa la tarjeta de la firma? ¿Qué le pasa a esta dirigencia nacional? ¿Por qué acepta sumisamente tal desafuero y colonización?
03. Grecia tutelada por Alemania y Francia. ¿Qué harán con Bélgica, Portugal, España? Parece que se hace presente la inviabilidad de algunos estados.
04. ¿Despertara el pueblo venezolano y su dirigencia nacional?
05. Aquellos que quieran desde el gobierno vivir en el pasado, llevar el pueblo al pasado de la edad media o más, y coloquen en la basura el poder previamente pactado y negociado y escrito en la Constitución como hasta el momento, y no acaten las reglas del juego político también pactado con anterioridad, seguramente pagaran, si no lo están pagando ya, un alto precio por tal conducta, por tal desacato. Eso se puede inferir de la historia.
06. Las reglas del juego político que impone una determinada sociedad y que no son respetadas por los jugadores y no encuentran el debido equilibrio, el pueblo impondrá, en su momento, las sanciones y reasignará, seguramente, las cuotas de poder teniendo el cuidado para que ninguno de los participantes se vuelva a salir del juego político seleccionado y aceptado por ella.
07. Todo político está en cuenta de que la vida es un juego interactivo y que más temprano que tarde ese abuso que hace y/o hizo del poder se volverá contra él y, tal vez, en una proporción e intensidad no esperada. Tendrá que pactar salidas y, posiblemente, un lugar para observar el amanecer y el atardecer.
“La tontería es infinitamente más fascinante que la inteligencia. La inteligencia tiene sus límites, la tontería no”.
Claude Chabrol, 1930-2010, francés, director de cine, integrante de la Nouvelle Vague.
Caracas, Venezuela
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